martes, 5 de octubre de 2010

SU CUERPO

Cuerpo
El cuerpo de las aves presenta un aspecto fusiforme, con dos potentes apéndices anteriores denominados alas y dos posteriores o patas que son los miembros locomotores terrestres, adaptándose los unos y los otros al tipo de vida que desarrollen.
Las gallinas presentan un cuerpo voluminoso y compacto, configurado exteriormente por una línea dorsal sobre una fuerte base ósea o silla que termina con la rabadilla, la cual coincide con la articulación del dorso con la cola. Esta tiene forma cuadrangular y presenta en su parte superior una glándula sebácea denominada uropígea, cuya secreción sirve para impregnar de grasa a las plumas del cuerpo; esta glándula es muy voluminosa y de vital importancia en las palmípedas y aves acuáticas en general. La silla, denominada también grupa es por tanto la mitad trasera del dorso, sostenida por el hueso sacro, y cubierta de plumas cortas en las hembras, y por los caireles en los machos.
Siguiendo la línea inferior, encontramos el abultamiento del buche o pecho, tras el que se inicia el abdomen. Este al principio es duro, coincidiendo con la quilla y el esternón, y después blando; es digna de destacar la punta del citado hueso, denominada también apéndice xifoides, cuya dureza u osificación es indicio de la edad de las aves.
En la zona abdominal posterior cabe señalar la presencia de puntas de los huesos isquiáticos y del espacio isquio – xifoideo, cuyas distancias son de interés para la valoración de las aptitudes ponedoras de las gallinas.
Lateralmente podemos distinguir la zona de los costillares y la de las axilas.

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